1985: Reformas, tragedias y solidaridad global
1985 se reveló como un año de profundas transformaciones y momentos decisivos para el curso de la historia. El 11 de marzo, la Unión Soviética experimentó un cambio de liderazgo que alteraría el destino del bloque comunista y, por extensión, del mundo entero. Tras la muerte de tres secretarios generales ancianos en rápida sucesión (Brezhnev, Andropov y Chernenko), Mijaíl Gorbachov, un relativamente joven reformista de 54 años, ascendió a la cúpula del Partido Comunista Soviético. Su liderazgo introduciría las revolucionarias políticas de perestroika (reestructuración económica) y glasnost (apertura política), que aunque buscaban revitalizar el sistema soviético, acabarían precipitando, de manera inesperada, el fin de la Guerra Fría y la posterior disolución de la URSS seis años después. La llegada de Gorbachov al poder representó el inicio de una nueva era en las relaciones internacionales, abriendo espacios de diálogo que parecían imposibles solo meses antes.
El mundo del deporte quedó conmocionado el 29 de mayo con la tragedia del estadio Heysel en Bruselas. Lo que debía ser una fiesta del fútbol europeo, la final de la Copa de Europa entre Liverpool y Juventus, se convirtió en una pesadilla cuando aficionados del equipo inglés provocaron una avalancha que causó la muerte de 39 personas, principalmente seguidores italianos, y dejó más de 600 heridos. Este desastre, transmitido en directo por televisión a millones de hogares, tuvo consecuencias drásticas: los clubes ingleses fueron prohibidos en competiciones europeas durante cinco años y se transformaron radicalmente las medidas de seguridad en los estadios de todo el continente. Heysel marcó el final de una época caracterizada por la violencia endémica en el fútbol británico y el inicio de una nueva era de estadios más seguros y un enfoque diferente hacia la experiencia del aficionado.
El 13 de julio, la música se convirtió en vehículo de solidaridad global con la celebración del concierto Live Aid. Organizado por los músicos Bob Geldof y Midge Ure, este evento musical simultáneo en Londres (estadio de Wembley) y Filadelfia (estadio JFK) reunió a las mayores estrellas del rock y el pop para recaudar fondos destinados a paliar la devastadora hambruna en Etiopía. Con una audiencia televisiva global estimada en 1,900 millones de personas, el concierto contó con actuaciones memorables que han pasado a la historia, como las de Queen, U2, David Bowie y Phil Collins (quien realizó la hazaña de actuar en ambos continentes el mismo día, volando en Concorde). Live Aid estableció un nuevo paradigma de activismo musical y demostró el inmenso poder de los medios globales para movilizar conciencias y recursos frente a crisis humanitarias.
En el ámbito social, México vivió uno de los momentos más trágicos de su historia reciente cuando el 8 de octubre un devastador terremoto de magnitud 8.1 sacudió la capital, causando más de 10,000 víctimas mortales y dejando a 250,000 personas sin hogar. La inadecuada respuesta inicial del gobierno provocó un fenómeno sin precedentes: un inédito movimiento de autoorganización ciudadana para el rescate y la ayuda a damnificados. Esta movilización espontánea de la sociedad civil mexicana, que logró extraer con vida a numerosas víctimas entre los escombros, sentó un importante precedente de participación cívica independiente, cuestionó la hegemonía del partido oficial (PRI) y es considerada un punto de inflexión en el largo proceso de democratización del país. El terremoto no solo transformó el paisaje urbano de la Ciudad de México, sino también su tejido social y la relación entre ciudadanía y autoridades.
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